Origen del arte figurativo
El arte figurativo es fácil de entender, porque es el que utiliza figuras reconocibles como mímesis de la naturaleza. Pueden ser personas, objetos, animales… cualquier forma que resulte reconocible al ojo humano. Su principal característica, es que busca una representación lo más exacta posible de la realidad. Este es el tipo de arte que encontramos predominando hasta el Impresionismo.
La tradición de arte figurativo cambia también con el paso de los siglos: no tenían la misma forma de crear los egipcios que los griegos. Sin embargo, a partir del gótico va imponiéndose un criterio específico y, gracias al cristianismo, se va creando una iconografía común en toda Europa.
Características del arte figurativo
La característica predominante del arte figurativo es, precisamente, la de crear figuras reconocibles. Esto es así, porque antiguamente no había una forma de representar la realidad. Al no tener máquinas instantáneas para captar la luz, se pintaban escenas buscando representar el máximo detalle posible.
Otra de las características del arte figurativo, es la de representar conceptos de lo retratado. Ahí entra la iconografía como medio de dar significado a ciertos objetos o animales. De esta manera, el retratar a una persona podía hacerse junto a un perro como indicativo de fidelidad. Así exponían cómo era la persona realmente, con todas sus características internas aparte de las externas. Esto se veía esencialmente en los retratos, pero también estaba presente en otros estilos como los bodegones. Los bodegones (o naturalezas muertas) son uno de los estilos más denostados en la Historia del Arte. Servían para saber qué comía una familia. En función a esto, podía intuirse cuánto dinero tenían.
Esta evolución llega a su punto más alto con el hiperrealismo. A raíz de la creación de la cámara fotográfica, se plantearon formas de hacer completamente nuevas. En el caso del hiperrealismo, se representa la imagen de una fotografía con el máximo detalle posible. Es una reproducción extremadamente literal de la realidad, buscando nitidez y una definición perfectas.
Posteriormente, aparecería un nuevo estilo de figuración: la pintura neofigurativa. Este fue un estilo de pintura que surgió después de la Segunda Guerra Mundial como manera de representar los horrores de la guerra y de la humanidad. La humanidad cuestionaba su naturaleza y los artistas estaban en búsqueda de poder representar aquel momento social. La ausencia de formas dio lugar al poder del trazo y la pincelada, el color era protagónico de la narrativa. Pero, los artistas se dieron cuenta que sus obras expresaban mucho más lo que querían transmitir si introducían figuras en sus obras.
Obras de arte figurativo
Como toda pintura en que haya una figura puede considerarse arte figurativo, es muy difícil hacer una selección. Un ejemplo es el Almuerzo en la hierba (1863) de Edouard Manet. Catalogada dentro de los preimpresionistas, esta obra va orientándose hacia la pincelada rápida, sin ocultar el trabajo del artista y pareciendo inacabada en determinadas zonas. Por su temática fue un escándalo: una mujer desnuda sentada entre dos hombres vestidos, los tres disfrutando de un picnic en la hierba. Rechaza completamente la tradición artística del momento. Además, pone una mujer desnuda (en un enorme lienzo) delante del espectador, algo que fue considerado un ultraje.
También la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci es una obra de pintura figurativa. Esta mujer aparece con una media sonrisa, y con un efecto visual en la mirada, haciendo que parezca seguirnos con sus ojos. Sin duda, un cuadro que podría rivalizar con este, es Las Meninas, de Diego Velázquez. Considerada su obra maestra, es una composición en varios planos que presenta a la infanta Margarita mientras la están vistiendo. En esa línea, habría que destacar La persistencia de la memoria de Salvador Dalí. Como representación surrealista, es una obra situada en un mundo onírico, con gran cantidad de referencias a conceptos usados por el movimiento, tal como los relojes derritiéndose para significar el paso del tiempo.
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